El turismo rural es una tendencia cada vez más valorada. Su auge llegó con la pandemia, pero ha sabido mantenerse como una alternativa repleta de atractivos. Lo que en un principio se vio como una solución pasajera que nos permitía reducir riesgos disfrutando de las vacaciones al aire libre, se ve ahora como un modelo con personalidad propia que cada vez tiene más adeptos.
Y es que el frenético día a día aboca a la necesidad de frenar de vez en cuando. Un receso que algunos optan por pasar en playas llenas de gente o ciudades abarrotadas, y otros en campos atestados del más absoluto silencio.
Es el caso de los clientes del hotel rural recomendado para adultos Hábitat Cigüeña Negra, un establecimiento boutique con tan sólo 12 habitaciones ubicado en el corazón de Sierra de Gata (Extremadura). En él, rodeados del hermoso paisaje de la dehesa extremeña, los días pasan con la sensación de no hacer nada, pero con la certeza de que su efecto reparador hace mella en uno mismo.
Después de noches silenciosas, las espectaculares vistas acompañan a un desayuno que sabe a campo, y prepara el cuerpo para todo lo que ha de llegar: relajantes baños en una elegante piscina infinity; paseos por su finca ganadera y agrícola, ya sea recorriendo un circuito circular o descubriendo sin rumbo prefijado sus rincones más bonitos; lecturas enriquecedoras; sabrosos almuerzos elaborados con productos locales y la carne procedente de su ganadería de Retwagyu y siestas regeneradoras de las que despertarse amablemente con el balido perdido de una oveja o el alegre mugido de una vaca.
Por la tarde, y después de sumergirse en el letargo que provoca su acogedor hammam, nada mejor que esperar al atardecer viendo cómo el precioso paisaje de la dehesa extremeña se tiñe de dorado e invita a despedir el día tomando un cóctel en la terraza de la piscina.
Y a la noche, aguarda el mirador del hotel, donde observar el paisaje astronómico con un telescopio o tranquilamente tumbados en un acogedor sofá. Un fin de jornada perfecto para volver a repetir una y otra vez durante unas vacaciones de verano en pareja o con amigos repletas de placeres tranquilos.
