Filmin estrena el próximo viernes 7 de junio «Sisi y yo», segundo largometraje de la directora alemana Frauke Fisterwarder y una nueva aproximación desde el cine a la figura de la emperatriz Isabel de Baviera. Romy Schneider popularizó el personaje en la gran pantalla en los años 50 y más recientemente hemos visto a Vicky Krieps encarnarla en «La emperatriz rebelde», de Marie Kreutzer. En esta ocasión es Susanne Wolff («Regreso a Montauk») quien da vida a Sisi, aunque la película está narrada desde el punto de vista de otro personaje, su dama de honor Irma, a la que da vida la actriz europea de moda, Sandra Hüller, nominada al Óscar por su papel en «Anatomía de una caída».
«El personaje de Irma fue escrito desde el principio para Sandra», reconoce Frauke Fisterwarder: «Es una actriz que, como ninguna otra de su generación, sabe combinar el horror y la tristeza con el humor y jugar con una increíble autoironía.» La película se sostiene en la turbulenta relación que mantienen la emperatriz Sisí y la condesa Irma. «Poco a poco, Irma queda atrapada en la vorágine de la Emperatriz; Sisi a veces le permite acercarse y luego la aleja brutalmente. Irma desarrolla una fatídica obsesión por ella», explica.
El retrato de Sisí en esta película puede recordarnos a otros «biopics de tacitas» libérrimos como el de «Maria Antonieta» (Sofia Coppola, 2006) que están repletos de anacronismos. En «Sisi y yo» escuchamos canciones de Portishead, Nico o Le Tigre, y no vemos a las mujeres llevando ostentosos vestidos de época. «Cuando veo mujeres con faldas anchas y con volantes, no puedo tomarlas en serio», reconoce la directora: «Junto con la diseñadora de vestuario Tanja Hausner, desarrollamos vestidos que cuentan la historia de la mujer moderna. Nada de vestidos victorianos, enormes y que llenen la habitación. Sin corsés. Pantalones. Vestidos con los que puedas moverte o sentarte sin problemas». El diseño de vestuario de la película, que recuerda a la moda de los años 60 y 70 del siglo XX, recibió el galardón al Mejor Vestuario en los Premios del Cine Alemán.
El de «Sisi y yo» no es el retrato simplista de una mujer poderosa y caprichosa, ni mucho menos un relato hagiográfico que endiose a la emperatriz. «Estoy de acuerdo con el cineasta Hayao Miyazaki cuando dice que los personajes supuestamente buenos tienen lados oscuros y a los personajes supuestamente malvados se les permite ser buenos», explica la directora: «En mi película, Sisi es atractiva, pero también manipuladora, despiadada y muy ingeniosa».