Cuando se trata de moda veraniega, es fácil dejarse llevar por la emoción de los colores vivos y los estampados llamativos. Pero entre tanta diversión y estilo, es importante no pasar por alto el poder de una prenda clásica y atemporal que constituirá tu fondo de armario durante varios años: el clásico vestido negro.
Un básico perdurable del estilo
El vestido negro o little black dress ha sido un pilar de la moda femenina durante casi un siglo. Lo popularizó Coco Chanel en los años 20, que creía que el negro no sólo era elegante, sino también lo bastante versátil como para llevarlo en cualquier ocasión. Este sentimiento ha resistido el paso del tiempo, convirtiendo el LBD (ya sea en su versión corta o maxi) en una elección segura.
Pero, ¿cómo vestir de negro en verano, cuando hace calor y brilla el sol? La respuesta está en el tejido y el corte de un LBD bien diseñado.
El fresco confort del negro
En contra de lo que piensa la mayoría de la gente, el negro puede ser en realidad un color más fresco para llevar en los meses de verano. Tal y como afirma Amaia García Igarategi, diseñadora y creadora de la firma de moda Lilipa Handmade “esto se debe a que los tejidos negros absorben los rayos UV con más eficacia que los colores claros, dificultando que penetren en la piel”. Además, la ropa negra de verano suele estar fabricada con materiales como el algodón y el lino, que son ligeros y transpirables para ofrecer la máxima comodidad.
Pero, por supuesto, no todos los vestidos negros son iguales. “Cuando compres un vestido negro para llevar en verano, es importante que busques tejidos diseñados específicamente para llevar en climas cálidos, por ejemplo un vestido de algodón o de punto fluido”, afirma Amaia. Un vestido con un tejido más ligero y abierto también permitirá una mejor circulación del aire, manteniéndote cómoda incluso en los días húmedos. Por ejemplo, el Vestido Dalia de la colección Bloome de Lilipa Handmade (140€ en lilipa.es) está confeccionado en una tela de tencel negro y eco viscosa, además el corte del vestido está cortado al bies para darle una caída ligera a la zona de la falda.
Fácil de combinar
Uno de los mayores puntos fuertes de usar vestido negro en verano es su versatilidad a la hora de combinarlo para usarlo en cualquier ocasión, lo que lo convierte en una opción ideal para llevar de viaje. Con los accesorios y el calzado adecuados, un LBD puede transformarse de un atuendo informal de día a un sofisticado look de noche.
A la hora de combinarlo, Amaia recomienda “durante el día se le puede dar al Vestido Dalia negro de Lilipa Handmade un aire relajado y desenfadado con sandalias planas o zapatillas blancas para, o incluso cubrirlo con una chaqueta vaquera o un kimono vaporoso”. Para la noche, en cambio “se pueden cambiar los zapatos informales por tacones o cuñas, y sumar con joyas llamativas o un bolso de mano”.
Escoge un vestido negro diseñado para durar
Por otro lado, aunque es tentador comprar prendas de moda específicas de la temporada para renovar tu armario cada año, invertir en un vestido negro clásico de alta calidad es una decisión inteligente a largo plazo. Un vestido negro no sólo no pasará nunca de moda, sino que podrás llevarlo todo el año con distintos accesorios y capas. Esto significa que le sacarás más partido.
En este sentido, es importante que cuando se adquieran prendas de este tipo tengan cierta calidad, para que puedan acompañarte a lo largo de los años. Marcas como Lilipa Handmade confían en la creación de prendas de la más alta calidad diseñadas para durar, en lugar de ajustarse a las tendencias pasajeras de la industria de la moda rápida. “Elaboramos cada pieza cuidadosamente a mano, a partir de patrones originales y sólo con los mejores materiales, lo que hace que cada prenda sea única y de notable calidad”, afirma Amaia. Por otro lado, el compromiso de la marca con la sostenibilidad y la moda lenta ha hecho que Lilipa Handmade se haya convertido en la favorita de quienes dan prioridad al lujo, la calidad y la responsabilidad ecológica.
Y es que un LBD bien diseñado puede ser un excelente valor en términos de coste por uso. Si eliges un vestido versátil y de calidad que te siente bien y favorezca tu figura, le sacarás mucho partido con el tiempo. Y si tienes en cuenta el ahorro que supone no tener que comprar varios vestidos nuevos cada verano, la inversión merece aún más la pena.