Los helados son uno de los manjares que siempre se han relacionado con el verano, pero que, poco a poco y también gracias a muchas campañas de marketing de algunas marcas conocidas internacionalmente, se ha ido colando en los congeladores durante todo el año.
Pero, ¿qué tienen que atraen a todos?
Según explican desde Helados Baonza, en realidad tiene mucho que ver con lo que hacen sentir.
Más allá de ser refrescantes durante los días de calor o refugio ante los disgustos para muchos, son una fuente de energía que contiene carbohidratos, azúcares y grasas en su versión más extendida, aunque por suerte cada vez hay más recetas que responden a todo tipo de paladares y de intolerancias para democratizar este producto.
Los helados, ante todo, son placer. Es el placer de salir a tomar algo con amigos, de darse un premio a uno mismo, de dejarse llevar por los colores y sabores, de disfrutar al aire libre y de una rutina que invita a desconectar de la rutina.
Se ha demostrado que el consumo de helado mejora de forma considerable el ánimo y es un alivio temporal del estrés y la ansiedad. Todo ello gracias al estímulo de los sentidos y a lo que representa como premio, ofreciendo toda una experiencia sensorial agradable a quienes disfrutan de sus sabores.
“Por suerte hoy en día los maestros heladeros tienen muy en cuenta que elegir un helado va más allá de los clásicos sabores y apuestan por sorprender a los paladares más exigentes con mezclas o recetas que no se esperan. Eso hace que sea todavía más completa la experiencia gustativa y la sensación de felicidad” comentan.
La cantidad de sabores y opciones en el mercado hoy en día tienen en cuenta todo tipo de alergias e intolerancias, haciendo del helado un premio para cualquier persona. Ya sea sin azúcar, sin gluten, sin lactosa o sin frutos secos, es el postre o aperitivo perfecto para todos los gustos.
¿Cuáles se convertirán en los sabores del verano?