Filmin estrena el próximo viernes 1 de marzo la película «Mamacruz», segundo largometraje de ficción de la venezolana Patricia Ortega («Yo, imposible»). La película, que se rodó y se ambienta en Sevilla, cuenta la historia de Cruz, una mujer de la tercera edad, muy devota, que empieza a sentir de nuevo deseos sexuales tras toparse con un vídeo porno en Internet. Cruz se une a un grupo de mujeres que hablan abiertamente de la sexualidad en la madurez, lo que la lleva a querer experimentar de nuevo lo que es un orgasmo, ante la pasividad atolondrada de su marido.
«Mamacruz» (que es como llama su nieta a Cruz en la película) está protagonizada por la actriz malagueña Kiti Mánver. Chica Almodóvar en cinco películas, secundaria de lujo de nuestro cine y con más de 120 películas y series de televisión a sus espaldas, Mánver firma su segundo papel protagonista seguido tras el éxito de «El inconveniente» (Bernabé Rico, 2020), por la que recibió su segunda nominación a los Goya (ganó el premio a la Mejor Actriz de Reparto en 1992 por «Todo por la pasta»). «Mamacruz» tuvo su estreno mundial en el Festival de Sundance y participó en el Festival de Valladolid, donde Mánver recibió la Espiga de Honor en reconocimiento a toda su carrera. Además, la película ha sido este año nominada al Goya al Mejor Montaje y a dos Premios Feroz (Mejor Comedia y Mejor Actriz).
A pesar de la idiosincrasia profundamente andaluza de la película, lo cierto es que Patricia Ortega no escribió esta historia con España en mente: «Empezó como una producción venezolana, luego iba a ser colombiana, luego argentina, y así fue mutando hasta terminar siendo española», explica. Una reunión de apenas 15 minutos en Roma con el productor Olmo Figueredo (La Claqueta PC) abrió la puerta a que «Mamacruz» se ambientase y se rodase en Andalucía y pasara a ser una producción española. Ortega quedó convencida de que había tomado la decisión correcta al visitar Sevilla por Semana Santa: «Parecía una obra de teatro callejera en la que la gente se apropiaba de los santos, y los vestía como quería en una especie de ritual pagano lleno de colores y fervor», recuerda: «Estaba muy relacionado con lo que ocurre en Venezuela con esos rituales religiosos que son resignificados y convertidos en algo más».
La directora opina que el sexo sigue siendo un tema tabú en la sociedad: «Parece que no es lo mismo decir ayer me masturbé viendo algo y me gustó que hablar de lo que vas a almorzar o cenar. Sin embargo, es exactamente lo mismo», afirma. En un sentido similar se pronuncia Kiti Mánver: «El sexo siempre ha dado vergüencita, te vas haciendo mayor y alrededor de él solo hay mutismo». Ortega se felicita por haber aceptado la sugerencia de su productor de ofrecerle a Mánver el papel protagonista: «Se entregó por completo. No veo que tenga miedo de ser vulnerable emocional y físicamente. Siento que Kiti es el alma de la película», concluye.