El 23º Congreso AECOC del Sector Salud, celebrado este martes en El Beatriz de Madrid, dio a conocer los resultados del proyecto piloto puesto en marcha en Andalucía que permite a los pacientes recoger sus medicamentos de diagnóstico hospitalario (DH) en las farmacias comunitarias, evitando así el desplazamiento a los hospitales.
Actualmente, el proyecto -que beneficia a 700.000 pacientes de la comunidad- supone un ahorro de 166 euros y 415 quilómetros al año por paciente, según los datos presentados por el responsable del servicio de telefarmacia del Hospital Universitario Virgen Macarena, Rafael Ramírez.
En su análisis del proyecto, Ramírez ha explicado que el servicio tiene un índice de satisfacción del 97% entre los pacientes y que el crecimiento de la demanda ha hecho necesario invertir más recursos. “Antes de la pandemia teníamos a un solo farmacéutico en el hospital para el servicio de telefarmacia; actualmente son tres, con seis técnicos suplementarios para gestionar 150 solicitudes y 200 envíos de medicamentos al día”.
El director de operaciones de Bidafarma, Juan Sanz, explicó que la cooperativa de distribución de productos sanitarios habilita la trazabilidad de los medicamentos enviados desde la farmacia hospitalaria hasta que llegan al paciente y destacó que “el proyecto ha generado un ahorro de 2.000 toneladas de CO2 por el hecho de haber eliminado muchos de los desplazamientos a los hospitales”.
El portavoz de la Federación de Asociaciones de Esclerosis Múltiple de Andalucía (FEDEMA), Félix Bravo, explicó que el proyecto “da grandes esperanzas y solo cabe espera que siga creciendo hasta que se universalice”. En este sentido, el vicepresidente del Consejo Andaluz de Colegios Oficiales de Farmacéuticos, Ernesto Cevilla, remarcó que “la pandemia hizo posible este servicio y, si no se mantiene el decreto que habilita que estos medicamentos se puedan dispensar en farmacia comunitaria, los pacientes tendrán que volver a los hospitales”.
Trabas legislativas para la compra de tecnología
El encuentro también trató la eficiencia del sistema sanitario en la compra de tecnología para hospitales. El subdirector de compras y logística del Servicio Aragonés de Salud, Miguel Carroquino, recordó que la ley de contrato del sector público cuenta con más de 300 artículos, a los que hay que sumar las normativas autonómicas y el código de comercio. “La ley debe ser el instrumento para poder comprar, no una finalidad en sí misma que obstruye la compra”.
Coincidió en el análisis el coordinador del proyecto central de compras en Servicio de Salud de Principado de Asturias, Miguel Ángel Berros, que afirmó que “hay un marco que nos restringe mucho” y, en referencia a la eficiencia en la contratación de tecnología, mostró sus dudas sobre si los servicios de salud podrían hacer más con los recursos de que disponen actualmente.
El director de operaciones de Fenin, Pablo Crespo, también reivindicó “la eficiencia de los servicios de salud en España en comparación con los países de nuestro entorno” y recordó que “la prioridad es que la innovación tenga un impacto en el paciente, no crear sistemas de contratación innovadores”. En la misma línea, el subdirector de gestión económica del Servicio Extremeño de Salud, Juan Andrés Moreno, destacó que “hay que poner el foco en el paciente y tener claros los resultados que queremos obtener con la compra de innovaciones”.
Estándares para mejorar la seguridad de los pacientes
El congreso también dio a conocer los resultados del programa Scan4Safety puesto en marcha en el Leeds Teaching Hospitals y que se apoya en la aplicación de códigos para mejorar la trazabilidad de los pacientes y hacer más eficiente la gestión de recursos de los hospitales. El responsable del proyecto, Mark Songhurts, remarcó que el uso de estándares “ofrece más seguridad a los pacientes y ofrece información en tiempo real sobre los recursos disponibles en los centros hospitalarios”.