El grupo Vithas y la Policía Nacional han alcanzado un acuerdo por el que el llamado Equipo Nacional del Interlocutor Policial Sanitario formará al personal de los hospitales de la compañía para que sepan cómo actuar ante posibles agresiones, verbales y/o físicas, provocadas por pacientes y/o sus acompañantes.
“Estas charlas se centran en que nuestros profesionales de la salud adquieran unas nociones básicas sobre los tipos de agresiones y delitos más habituales que pueden sufrir en su ámbito de trabajo y que aprendan una serie de técnicas y herramientas comunicativas, de fácil aplicación en su contexto laboral, que les ayude a neutralizar una situación agresiva o a impedir que se agrave, si la agresión ya está en curso”, detallan Javier Fuertes, director de área de Protección de Riesgos Laborales de Vithas, y Cristina Domínguez, responsable de Formación y Desarrollo.
El Hospital Universitario Vithas Madrid Aravaca ha sido el primer centro del grupo en Madrid en recibir dicha formación. “Estamos convencidos de que la proactividad y la preparación que suponen acciones como esta previenen y disminuyen significativamente la probabilidad de incidentes. Esta acción forma parte del compromiso de Vithas con cuidar a los que cuidan, es decir, a nuestros profesionales”, señala el doctor José Gómez Moreno, director gerente del centro madrileño.
De esta manera, Manuel Yanguas, comisario principal, jefe de la Unidad Central de Seguridad Privada de la Policía Nacional e Interlocutor Policial Nacional Sanitario; y Ángela Pérez, licenciada en psicología, policía nacional y miembro del Equipo Nacional del Interlocutor Policial Sanitario, han impartido una charla a profesionales de la salud del hospital, desde médicos, enfermeras, TCAE, celadores o personal de admisión, entre otros; sobre las medidas a adoptar ante posibles agresiones.
Según la Organización Médica Colegial (OMC), entre las principales causas de las agresiones que denuncian los profesionales sanitarios, destacan las discrepancias en la atención médica y personales; el tiempo en ser atendido; no recetar lo propuesto por el paciente; informes no acordes a sus exigencias; así como asuntos relacionados con la pandemia por covid-19 o el mal funcionamiento del centro.
Tal y como ha destacado Manuel Yanguas, el perfil del agresor es “un hombre español de entre 36 y 55 años”. Por su parte, Ángela Pérez ha añadido que se trata de “personas normales, es decir, no son asesinos, no pertenecen a bandas armadas… Son ciudadanos normales que tienen un mal día o, quizás, algún trastorno psiquiátrico”. Además, han indicado que “una de cada cuatro agresiones la hace el acompañante del paciente”.
Aspecto psicológico de las agresiones
“Hemos comprobado, en estos casi seis años trabajando como interlocutores sanitarios, que el principal problema es que toleramos la violencia verbal, como los insultos, las coacciones… No lo denunciamos. Exigir un medicamento es un delito de coacción que podría estar penado con prisión”, ha afirmado Ángela Pérez.
Por ello, la agente de la Policía Nacional ha insistido en que, “si no se frena la violencia verbal con la denuncia, puede derivar, seguramente, en violencia física. Es su camino natural”. En ese sentido, recomiendan al personal sanitario que, en su lugar de trabajo, no dejen a la vista objetos como botellas de agua, grapadoras, tijeras…, “porque el agresor puede cogerlo y lanzarlo o amenazar al profesional con la tijera en el cuello, como ha ocurrido en alguna ocasión”.
Ante situaciones de este tipo, la interlocutora policial sanitaria ha explicado a los asistentes que existen algunos mecanismos para frenar la agresión, como son “la empatía con el agresor, facilitar la expresión emocional, así como el relato de los acontecimientos; resumir la situación manifestada por la persona; darle información; un tono de voz tranquilo y calmado, o la escucha activa, diciendo al agresor que le entiendes, es decir, conectando con él”.
Departamentos de seguridad en centros sanitarios
Tal y como ha explicado Manuel Yanguas, el trabajo del interlocutor policial sanitario consiste en coordinarse con “los centros, el personal, las administraciones sanitarias y las consejerías para dar todo tipo de cobertura. Donde hay problemas, intentamos solucionarlos”.
En ese sentido, ha asegurado que están “consiguiendo crear departamentos de Seguridad en los centros sanitarios y en las Consejerías de Sanidad, es decir, que contraten personal de seguridad para que, además de la Policía Nacional, haya más personal en los centros sanitarios” para hacer frente a potenciales agresiones. Además, durante la formación, los agentes han informado de que existe una aplicación móvil, llamada AlertCops, que cuenta con un botón de SOS. “Al pulsarlo, avisas a la Policía Nacional inmediatamente”. A día de hoy, ese botón está disponible para profesionales contempladas en el Registro Estatal de Profesionales Sanitarias, es decir, médicos, enfermeros, farmacéuticos, fisioterapeutas…. “De momento, los TCAE, el personal de limpieza o los celadores no tienen la posibilidad de utilizar esta App, pero están tratando de que esté disponible para todo el personal que trabaja en un centro sanitario”, ha concluido Manuel Yanguas.