La Fundación Jiménez Díaz aborda el reto de la salud mental y las claves para comprender a una nueva sociedad en sus nuevos debates

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Acercar el hospital a la sociedad abordando, analizando y debatiendo sobre temas de actualidad relacionados con la salud que preocupan, inquietan o interesan a la población de la mano de expertos en los mismos, para aportar una visión docta e información rigurosa al respecto es el objetivo principal con el que la Fundación Jiménez Díaz acaba de estrenar un ciclo de debates en Responsabilidad Social Corporativa (RSC) que, bajo el título “Salud, Personas y Sociedad. FJD Talks”, se celebrarán periódicamente en su Aula Magna y que acogió ayer su primera sesión, dedicada a la salud mental.

La iniciativa responde al compromiso del hospital madrileño con la sociedad y se enmarca, además, dentro de su estrategia en RSC, cuya directora, Aurora Herraiz Águila, define como “el comportamiento que debe adoptar una empresa ante sus grupos de interés y la sociedad y su conjunto, respondiendo a la pregunta ‘¿Qué sociedad queremos construir y cuál es el papel de los actores que forman parte de ella?’, y englobando todas aquellas acciones un hospital que desee ser una organización responsable debe desarrollar”.

“Muchas veces el desconocimiento y las falsas creencias son las que nos crean desazón y dificultan la comprensión de lo que está ocurriendo, máxime en una sociedad cambiante que abre nuevos paradigmas; por ello, desde la FJD queremos contribuir a la difusión de una información veraz en estos ámbitos”, añadió.

Buena muestra de ello es el tema elegido para el primer debate, “Salud Mental. Claves para comprender a una nueva sociedad”, que, tal y como señaló Herraiz al inaugurarlo, aborda un problema a nivel mundial cuya prevalencia ha aumentado muchísimo, sobre todo entre la población más joven”.

Fotografía de la salud mental en España

Así lo reflejó también el Dr. Javier Arcos, director médico de la Fundación Jiménez Díaz y moderador del encuentro, quien recordó datos del informe de 2023 “La situación de la Salud Mental en España”, realizado por la Mutua Madrileña, que muestran que tres cuartas partes de la población española tiene la impresión de que la salud mental ha empeorado en los últimos años, y tanto los profesionales de Atención Primaria como los especialistas refieren también un aumento de la sintomatología en la población.

En este contexto, dijo, “se estima que un 22,8 por ciento de la población española mayor de edad son personas con experiencia propia en problemas de salud mental, siendo la edad media de diagnóstico los 26 años y caracterizándose el perfil de la persona con experiencia propia en este sentido por un mayor peso de la población femenina, los estratos de edad más bajos y las clases bajas y medias-bajas. Adicionalmente, según este informe, la ansiedad y la depresión son los trastornos más habitualmente reportados”.

Las consecuencias se concretan en que “un 18,9 por ciento de los mayores de edad en España consume psicofármacos; más de una cuarta parte de la población española acude actualmente a un especialista de Salud Mental; y más de la mitad de las personas diagnosticadas ha experimentado rechazo social o discriminación”, añadió.

Un problema de salud y social que los participantes en el debate, los doctores Enrique Baca García, jefe del Departamento de Psiquiatría de la Fundación Jiménez Díaz y catedrático de Psiquiatría de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid; y José Antonio Luengo Latorre, decano-presidente del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid y miembro del Equipo para la Prevención del Acoso Escolar en la Comunidad de Madrid, analizaron exhaustivamente, arrojando luz y aportando valiosos consejos en tres grandes bloques: la prevalencia, las causas y los posibles abordajes.

Prevalencia, causas y abordaje

Sobre el primer aspecto, los especialistas reconocieron un aumento, no de la prevalencia, sino de la demanda de necesidades relacionadas con enfermedades de salud mental -en los cuatro grandes grupos que mencionó el Dr. Baca: “los trastornos mentales graves, el consumo de sustancia, las autolesiones y conductas suicidas y los trastornos mentales comunes (principalmente depresión y ansiedad), que afectan al grupo más numeroso” – o de problemas que, sin llegar a ser patologías, implican mucho sufrimiento a nivel emocional, especialmente en el estrato de población que abarca desde la adolescencia al adulto joven.

Asimismo, en una sociedad definida por el Dr. Luengo como “hedonista, materialista y deshumanizada”, la pandemia de la Covid-19 ha sido más un “factor multiplicador” de este cuadro que causante del mismo, y “las nuevas tecnologías han contribuido también al efecto contagio en algunos ámbitos, sobre todo en el de las autolesiones”.

En cuanto a las causas, el jefe del Departamento de Psiquiatría de la Fundación Jiménez Díaz apuntó, entre otras, a los cambios en las formas de relacionarse, la falta de espacios y déficits en la comunicación, los nuevos roles sociales y el desplazamiento de responsabilidades y labores educativas a nuevas esferas”; aspecto este último también mencionado por el presidente del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid, quien lamentó “que estemos dejando la responsabilidad de la educación en valores en manos de la sociedad, en detrimento de la familia, ámbito en el que se basaba históricamente el apoyo al individuo”.

Por otra parte, ambos reflexionaron sobre las necesidades y obligaciones erróneamente creadas por la sociedad en torno al objetivo de alcanzar la felicidad: “Es muy loable desear ser feliz, pero es imposible serlo siempre”, dijo el Dr. Luengo, abogando en cambio por educar en aptitudes como la resiliencia para saber gestionar la frustración y las expectativas. Y es que, como apuntó el Dr. Baca, “debemos asumir que la salud mental es perfectamente compatible con la convivencia con el malestar”.

Por último, en relación al aspecto más importante y que más preocupa a la sociedad en torno a la salud mental, lo que podemos hacer para protegerla tanto a nivel colectivo como individual, los especialistas coincidieron al repetir una palabra como mejor estrategia de trabajo para ello: la comunicación.

“Hay que generar entornos de escucha, sin juzgar ni dar lecciones; y recuperar espacios para relacionarnos presencialmente”, insistió el psicólogo, completando las palabras de su homólogo en Psiquiatría al abogar por “dar a los jóvenes seguridad, apoyo, ayuda… pero no para resolverles los problemas, sino para acompañarles en el proceso de cómo afrontarlos” “Muchas de las cosas que podemos hacer las debemos hacer en el día a día y cuando los niños son pequeños, ya que la prevención empieza con cuidarles y darles seguridad”, concluyó el Dr. Baca, recordando que “la comunicación es el eje central del ser humano y de la sociedad; es nuestro mayor valor diferencial, fortaleza y herramienta para estar y sentirnos bien”. “Tenemos que volver a hablar, a comunicarnos y a sentirnos parte de algo, para salvarnos como humanidad”, apostilló el Dr. Luengo. Y es que, finalizaron ambos: “la salud mental se juega en las distancias cortas”.

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