El Presidente Bill Clinton, 42º Presidente de Estados Unidos, encabezó la segunda jornada de la 10ª Cumbre mundial anual sobre ciencia, tecnología y seguridad del paciente, presentada por la fundación Patient Safety Movement Foundation (PSMF).
El Presidente Clinton, en calidad de defensor histórico de la seguridad del paciente, disertó sobre la necesidad de desarrollar lo que denominó una «cultura de la conversión», es decir, de que darles a más personas del ámbito la atención médica la capacidad de aplicar prácticas de eficacia demostrada para eliminar las lesiones evitables en los hospitales.
«Ya sabemos lo suficiente como para reducir el problema actual a la mitad o más», afirmó. «Uno de los principales problemas de toda sociedad de gran envergadura y sofisticación es que existe una resistencia increíble a ser la segunda, tercera, cuarta o centésima persona que hace lo mismo, aunque se haya demostrado que funciona. Y eso es exactamente lo contrario de lo que deberíamos hacer».
Al reflexionar sobre sus experiencias en el cargo durante la década de 1990, el Presidente Clinton señaló que podríamos aprender mucho del ejemplo del ex Presidente sudafricano Nelson Mandela, en relación con la capacidad de unir a la gente en torno a una causa común para hacer el bien.
«Todo el mundo quiere creer que tiene una pieza para agregar al enorme rompecabezas de la vida», agregó. «Se necesitan conversos para hacer algo grande, y tenemos que conseguir más conversos entusiasmados. Nelson Mandela era un genio en esto. Fue el mejor que he visto en mi vida. Nunca intentó que la gente se sintiera mal por lo que no había hecho. Intentaba que la gente se sintiera bien por lo que podía hacer».
Tras haber sido durante mucho tiempo un difusor de los peligros de la epidemia de opioides y partidario de la PSMF desde su creación, el Presidente Clinton sugirió que es importante centrarse en colaborar para el bien futuro en lugar de culpar y avergonzar al otro en relación con los de errores médicos.
«A nadie le gusta que mueran inocentes y muy pocos tienen el corazón tan duro como para que no les importe», aseguró. «No hay que salvar a todos, sino a todos los que se pueda».
El Dr. Michael Ramsay, director ejecutivo de la PSMF, les explicó a los asistentes que hay muchos motivos para ser optimistas en lo que respecta al cumplimiento del objetivo de cero muertes evitables para 2030. «Estoy convencido de que la seguridad del paciente tiene mucho futuro», subrayó. «Considero que las cosas van a empezar a suceder con notable rapidez. La tecnología está cambiando, estamos recopilando cada vez más datos y cada vez participa más gente en este movimiento».
Jeremy Hunt, ministro de Hacienda del Reino Unido, dirigió un mensaje en un video al público de la Cumbre, en el que reconoció la labor realizada por la PSMF en la última década. «Han logrado que la Organización Mundial de la Salud celebre todos los años el Día Mundial de la Seguridad del Paciente, hay un plan decenal para reducir las muertes evitables y este año hemos realizado una cumbre ministerial en Montreux (Suiza), en la que hubo representación de más de 100 países. Estamos haciendo progresos notables, pero todavía queda mucho por hacer. Incluso una sola muerte evitable es demasiado. Deberíamos aspirar al cero».
Ampliando las observaciones del Presidente Clinton sobre la creación de una cultura adecuada para el cambio dentro de la atención sanitaria, Anthony Staines, director del programa de seguridad del paciente de la Fédération des hôpitaux vaudois (Suiza), describió la necesidad de resolver el problema de los fallos de la ciencia de la implementación, un tema que también trató en su intervención Francisco Valero-Cuevas, profesor de la Universidad del Sur de California.
«Hay un montón de soluciones de prevención y mitigación, pero sólo se aplican de forma parcialmente y poco sistemática», explicó Staines. «La ciencia nos ha aportado un corpus de conocimientos cada vez más amplio. El problema es que no les llega a los pacientes».
Asimismo, intervinieron Peter Ziese, director médico de Philips y Michelle Schreiber, de los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid. Schreiber explicó a los asistentes que, si bien la asistencia sanitaria en todo Estados Unidos ha mejorado notablemente la seguridad de los pacientes, la pandemia ha ilustrado cómo nuestros sistemas todavía no tienen la resistencia ni la capacidad de adaptación suficiente como para sobrellevar las épocas de estrés y todavía persisten deficiencias en la asistencia y las infraestructuras.
Mike Durkin y Sanaz Massoumi, presidente y director de operaciones de la PSMF respectivamente, pronunciaron sendos discursos, cuyos temas de debate fueron, entre otros, la función de los medios de comunicación en la cobertura de la seguridad de los pacientes, la seguridad de los opiáceos y las medidas que se pueden tomar para ir acercándose al objetivo de las lesiones cero. Marcelo Ebrard Casaubón, Secretario de Asuntos Exteriores de México, recibió el Premio humanitario Joe Kiani por su labor en pos de la seguridad del paciente.
Por último, Kiani, fundador de la PSMF, reflexionó sobre los hitos logrados a lo largo de una década y el camino futuro. «Empezamos como una organización de base, y este movimiento ha hecho una labor magnífica», manifestó. «Considero que lo que debemos hacer a continuación es exigirles a los funcionarios electos que incorporen la seguridad del paciente a nuestro sistema e implementen los incentivos necesarios para que todos los hospitales apliquen prácticas fundadas en la evidencia».