“Uno de cada cuatro de los medicamentos autorizados por la Agencia Europea de Medicamentos en los últimos años tienen indicación en oncología y en España sólo están disponibles el 57%, con un tiempo medio de espera de los pacientes para acceder a los mismos de hasta 20 meses”. Así lo señaló la directora del departamento de Acceso de Farmaindustria, Isabel Pineros, en una jornada de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) celebrada este miércoles en Madrid para analizar los retos de la Oncología Médica en la medicina privada.
Estos retrasos y falta de disponibilidad afectan por igual a los pacientes de la sanidad pública como de la sanidad privada, indicó Pineros, ya que la disponibilidad de un medicamento oncológico en la medicina privada está condicionada por la financiación en el sistema público. “Las compañías farmacéuticas no comercializan una nueva innovación en nuestro país hasta que no tienen la resolución del proceso de financiación por parte del Ministerio de Sanidad”, apuntó.
Los datos aportados por Pineros en la jornada están recogidos el informe anual Indicadores de acceso a terapias innovadoras en Europa 2022 (W.A.I.T. Indicator), elaborado por la consultora Iqvia para la Federación Europea de la Industria Farmacéutica (Efpia) y que analiza el estado de la financiación pública a 1 de enero de 2023 de los medicamentos autorizados entre 2018 y 2021. Se trata del estudio europeo más grande sobre la disponibilidad de medicamentos innovadores y el tiempo de acceso de los pacientes con datos de 37 países (27 de la UE y 10 fuera de la UE), lo que permite entender la situación del acceso a los nuevos tratamientos aprobados por la EMA en toda la región.
La directora del departamento de Acceso de Farmaindustria subrayó que, en el caso de los medicamentos oncológicos, tanto la disponibilidad como el tiempo de espera ha aumentado en el último año, respecto al informe anterior. “La disponibilidad ha pasado de un 61% a un 57% en el último año, mientras que el tiempo de espera para el paciente se ha incrementado hasta los 611 días de media, frente a los 469 días del estudio anterior.
“Que en nuestro país esta disponibilidad sea inferior en comparación con los resultados en Francia y Alemania, con indicadores del 72% y 98% respectivamente, supone un enorme perjuicio para los pacientes españoles, que no pueden acceder a los tratamientos de mayor eficacia o lo hacen con un gran retraso. A esto tenemos que añadir que uno de cada dos medicamentos indicados en oncología están disponibles con una financiación restringida, seleccionando subpoblaciones de pacientes”, explicó Pineros. La ausencia de un procedimiento ágil y eficaz impulsa el recurso a vías alternativas que no fueron diseñadas para este fin, como es el caso de los medicamentos en situaciones especiales, lo cual redunda en más incertidumbre y, en ocasiones, más inequidad, incluso territorial, añadió.
Por ello, para tratar de acortar estos tiempos y equiparar las oportunidades de los pacientes españoles con las de sus vecinos europeos, Farmaindustria viene proponiendo una serie de mejoras en el procedimiento de evaluación y fijación de precios y financiación pública de medicamentos en nuestro país, con el objetivo de establecer un modelo ágil, predecible y eficiente, de manera que ayude a solucionar el problema actual.
Importancia de la investigación y los biomarcadores
Pineros también destacó la importancia de la investigación clínica en España en el área de oncología, como demuestra el dato de que un tercio de los más de 900 ensayos clínicos puestos en marcha el año pasado en nuestro país (36%) fueron para terapias oncológicas. “De esos ensayos, el 72% fueron en las fases I y II, las más complejas a nivel científico, pero también las que permiten acceder a un tratamiento más prematuramente a los pacientes que lo necesitan”. Estos ensayos clínicos no solamente se realizan en el ámbito de la sanidad pública, sino que cada vez más participan de ellos los hospitales privados.
Igualmente destacó la relevancia de la medicina personalizada y el diagnóstico genético para el tratamiento de los pacientes oncológicos. De hecho, recordó, la mayoría de los nuevos fármacos oncológicos aprobados por Europa –40 en los últimos tres años– pertenecen ya a la medicina personalizada, que consigue el uso del tratamiento más efectivo en función de las características individuales de cada paciente, a la vez que mejora su perfil de seguridad.
En esta medicina de precisión se produce una adaptación del diagnóstico, así como el tratamiento médico y el farmacológico a las características individuales de cada paciente o perfiles de pacientes. “En estos casos, es tan importante disponer del medicamento como que el paciente acceda al biomarcador vinculado a él”, aseguró Pineros y reclamó la incorporación de biomarcadores a la prestación sanitaria “a través de un procedimiento transparente, ágil, basado en evidencias y contando con la participación de sociedades científicas y asociaciones de pacientes. “Es necesario un mapa en nuestro país que defina y simplifique el circuito que tiene que seguir un paciente para acceder al biomarcador y al medicamento. Por todo ello, tenemos que conseguir que España se coloque en las primeras posiciones no solamente en investigación clínica, sino también en acceso a los medicamentos, para conseguir los mejores resultados en salud en el tratamiento del cáncer”, concluyó.