Los menores cada vez tienen una relación más temprana con la tecnología. De hecho, de acuerdo con una encuesta realizada por Kaspersky, la mayoría de los niños (61%) recibe su primer dispositivo entre los 8 y los 12 años. Además, el 98% de los españoles de entre 10 y 15 años utiliza Internet de manera habitual, según datos del Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad. A pesar de ello, muchos adultos no son conscientes de los peligros a los que se enfrentan los pequeños a su cargo.
En este sentido, el ciberacoso se ha convertido en un problema que afecta cada vez a más pequeños. Tanto es así que casi uno de cada cuatro menores españoles sufre acoso sexual a través de Internet, según un estudio realizado por la Universidad Internacional de La Rioja. Este tipo de acoso puede derivar en casos más graves como el ocurrido este mismo año en Albacete, donde una niña desapareció tras haber establecido contacto con un adulto a través de Internet.
Así, el grooming, acción en la que un adulto que inicia una comunicación virtual con un niño con el objetivo de ganar su confianza y establecer una relación emocional, se ha convertido en una amenaza creciente. Sus efectos en los niños pueden ser devastadores, ya que experimentan una gran angustia emocional, que puede llevar a problemas de salud mental a largo plazo, como depresión y ansiedad. Pero las consecuencias también afectan a las familias, que se ven afectadas por el dolor y la culpa de no haber podido proteger adecuadamente a sus hijos.
Además, en muchas ocasiones, el condicionamiento social de los niños y niñas durante los años de aprendizaje afecta a los roles y comportamientos relacionados con el género, algo que puede repercutir en los patrones de violencia y victimización que surgen en sus vidas más adelante. De este modo, es fundamental promover roles de género sanos entre los jóvenes e impedir el impacto de Internet en la hipersexualización desde edades tempranas, con el objetivo de prevenir también la violencia de género y el ciberacoso. Este es el objetivo de CONSENT, una iniciativa que la Comisión Europea ha decidido apoyar con su programa ‘Ciudadanos, Igualdad, Derechos y Valores’ (CERV), y que está formada por un equipo internacional e interdisciplinar de varias asociaciones y empresas, entre las que se encuentra Kaspersky.
En este sentido, es fundamental que tanto los padres y educadores como la sociedad en general estén informados y tomen medidas para prevenir el grooming y cualquier otro tipo de ciberacoso y violencia dirigida a los más pequeños. Los expertos de Kaspersky recomiendan:
1. Educar sobre el uso responsable de Internet. Es fundamental enseñar a los niños sobre los riesgos y las prácticas seguras en línea. Hablarles sobre la importancia de no compartir información personal, no aceptar solicitudes de amistad de extraños y buscar ayuda de un adulto en caso de sentirse incómodos o amenazados. En este sentido, Kaspersky cuenta con el programa Familia Segura. Como parte del mismo, lleva a los colegios españoles ‘Kasper, Sky, y el oso verde‘, una obra de teatro que trata conceptos como la privacidad, las contraseñas o el ciberacoso y con la que los niños y niñas entienden qué está bien y qué no en el mundo digital. Desde octubre de 2018, la obra ha sido representada en 106 colegios españoles, con 146 funciones representadas ante más de 16.800 alumnos.
2. Acompañar a los menores durante el uso de Internet. Los padres y tutores deben estar presentes y supervisar activamente las actividades en línea de los niños. Esta medida ayudará a detectar cualquier comportamiento inapropiado y permitirá una respuesta inmediata si se presentan situaciones de riesgo. «Pregúntales lo que piensan sobre lo que están viendo online y si es potencialmente peligroso. En caso de desacuerdo, escucha los motivos y estate preparado para responder. También hacer que las conversaciones sobre ciberseguridad sean más amenas e interesantes a través de juegos».
3. Limitar el acceso a aplicaciones que permiten contactar con desconocidos. Es importante establecer restricciones y limitar el uso de aplicaciones y plataformas que posibilitan el contacto con personas desconocidas. Fomentar el uso de herramientas de mensajería y redes sociales diseñadas para un público joven y seguro puede ser una opción más segura. En este sentido, los mejores aliados son las soluciones de ciberseguridad como Kaspersky Safe Kids, que ayuda a proteger a los más pequeños de contenido peligroso y limitar la cantidad de tiempo que pasan con sus dispositivos.
4. Comunicar cualquier actividad sospechosa a las autoridades correspondientes. Cuanto antes se dé aviso a la Policía, más rápido se puede actuar para evitar que el agresor continúe causando más daño. Además, con ello las autoridades tienen la oportunidad de recopilar pruebas, como registros de conversaciones, imágenes o vídeos, que pueden ser fundamentales para el enjuiciamiento del agresor.
«La lucha contra el grooming es responsabilidad de todos. Hay que trabajar juntos para concienciar, educar y proteger a los niños y garantizar un entorno online seguro. Es fundamental establecer una comunicación abierta con los niños y brindarles las herramientas y el apoyo necesarios, así como contar con soluciones de ciberseguridad para que puedan disfrutar de Internet de manera segura», concluye Marc Rivero, Senior Security Researcher de Kaspersky.