Con cada cambio de estación, llegan nuevos avisos y recomendaciones en cuanto al cuidado de nuestra salud y bienestar. Transitando la primavera y acercándonos al verano, debemos hablar de la prevención del daño solar, pero el cuidado de los ojos es un aspecto que suele pasar desapercibido.
Sin embargo, los ojos también son una parte del cuerpo expuesta al sol y pueden desarrollar diferentes tipos de tumores en párpados o el canto interno del ojo, como carcinomas escamosos, basocelulares o, en el peor de los casos, melanomas. Por ello, desde MD Anderson Cancer Center Madrid explican la importancia de proteger también la mirada del sol.
En esta línea, la doctora María Pilar López Criado, oncóloga médica y jefa de la Sección de Tumores de Pulmón, Cabeza y cuello y Melanoma del hospital, explica que es fundamental cuidar y proteger los ojos de la exposición al sol.
Para ello, la mejor manera de proteger y cuidar los ojos del sol y su radiación ultravioleta es utilizando gafas con un filtro solar adecuado. También se puede incorporar a la rutina el uso de sombreros o gorras que ocultan la cara del sol.
Los tumores que más a menudo se pueden desarrollar en la zona de los ojos si no se toman las medidas adecuadas son los carcinomas escamosos o basocelulares. Con un diagnóstico precoz o una buena intervención quirúrgica, ninguno de ellos debería poner en peligro la vida del paciente.
“Aunque todos son tumores malignos cuyo daño extremo es la muerte del paciente, los carcinomas escamosos o basocelulares no suelen ser tan agresivos. Aun así, es vital realizar un diagnóstico precoz y aplicar una cirugía adecuada para su extracción, con márgenes suficientes para impedir una futura proliferación.
Cuanto más tarde se realice el diagnóstico, mayor riesgo habrá de tener que realizar cirugías más profundas y comprometidas”, argumenta la especialista.
Como añade, este tipo de intervenciones puede tener un impacto importante en la estética de los pacientes, que pueden ver modificadas partes de su rostro o la mirada, tan importante en las relaciones personales. Por ello es vital acudir a consulta para la revisión de cualquier tipo de lesión pigmentada que pique, moleste o cambie de aspecto.
Melanomas en los ojos: menos frecuentes, pero con más riesgo de mortalidad
A este tipo de tumores se suman los melanomas, que también pueden aparecer en la zona de los ojos. “Un melanoma que no diagnosticas a tiempo y que no resuelves, sí es una enfermedad con una alta potencialidad de metástasis y con alto riesgo”, amplía la doctora.
Por otro lado, en los ojos también se pueden diagnosticar tumores menos comunes, como el melanoma en el polo anterior. También existe el melanoma de coroides o melanoma coroideo, ubicado en el polo posterior del ojo, y que es más frecuente en personas de piel y ojos claros.
En ambos casos, recuerda la experta, “la mejor protección es el uso de gafas de sol, sobre todo en las horas centrales del día”.
El cuero cabelludo también sufre el daño acumulativo del sol
La doctora resalta a su vez la importancia de proteger por completo el rostro y la cabeza del sol, ya que en áreas como el cuero cabelludo también se pueden desarrollar melanomas.
Así, López Criado explica que en ocasiones los pacientes llegan al hospital con un tumor avanzado en el cuero cabelludo, ya que el cabello tiende a ocultar la presencia de pigmentaciones y demora el diagnóstico a través del dermatólogo.
En este sentido, los peluqueros son los que en caso de detectar esos cambios de pigmentación en sus clientes aconsejan una visita al especialista.
Cabe recordar que cualquier lesión persistente, en cualquier parte del cuerpo, pero en la cara más aún, es motivo de consulta. “Algo que aparece y no se corrige en poco tiempo que tiende a crecer, que pica y que descama es razón suficiente para consultar con un dermatólogo”, concluye.
A pesar de que sean lesiones pequeñas, si no se resuelven al cabo de días, no es algo que se deba pasar por alto. Por último, cabe recordar, que es importante proteger siempre la lesión de la exposición solar.