Cerca del 80% de los pacientes que sufren insomnio en España confirman que este les afecta en su día a día

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Nos pasamos 1/3 de nuestra vida durmiendo. Vivir con insomnio crónico puede ser extremadamente desafiante para el paciente ya que es una enfermedad que afecta a las 24 horas. Las personas adultas que sufren insomnio en España, alrededor de un 15%, no sólo presentan dificultad para conciliar el sueño por la noche, sino también para desarrollar su vida de manera normal durante el día, ya que se alteran los ciclos de sueño-vigilia y esto produce un estado de hiperactivación cerebral que incapacita y altera el sueño, e impacta al día después.

De hecho, la presencia de impacto diurno es un requisito necesario para diagnosticar trastorno de insomnio crónico El impacto de esta enfermedad se produce tanto física, como psicológicamente y socialmente. En España, el 80% de los pacientes con insomnio afirman que sienten cómo esta condición les afecta en su día a día.

Así lo revela “Discovering insomnia”, un estudio de pacientes realizado por la compañía Idorsia en España, en el que casi tres cuartos de los participantes coinciden en que el insomnio impacta en su habilidad para mantener un nivel de actividad física óptima, y tres de cada cinco dicen que impacta en su capacidad para mantener una dieta saludable.

El estudio pone de relieve las consecuencias de vivir con insomnio crónico, especialmente en los días siguientes a las noches en las que se produce una alteración del sueño. Por ello, el 77% de los pacientes encuestados siente que su insomnio impacta directamente en su habilidad para controlar el nivel de estrés en su día a día.

En este sentido, además de en su vida personal, el insomnio también afecta a su desarrollo profesional. De los pacientes encuestados que se encuentran trabajando, un 78%, el 68% siente que esta condición tiene consecuencias negativas en su desempeño laboral. Además, el 39% de ellos, siente que, debido al insomnio, se ha expuesto a situaciones de peligro laboral como accidentes o caídas.

Por su parte, el 43% ha sentido somnolencia diurna mientras conducía, motivo que les preocupa en su día a día.

“El insomnio, además de impactar en la salud de quienes lo padecen, se asocia a importantes comorbilidades como puede ser trastornos mentales, trastornos metabólicos, neurodegenerativos y cardiovasculares entre otros. Altera significativamente la vida diaria, y deteriora no solo las relaciones sociales y afectivas, sino también el rendimiento de quienes los sufren.

Estudios recientes ponen de manifiesto que la falta de sueño, y en particular, padecer una patología como el insomnio, perjudican el desempeño laboral y el rendimiento académico. Una mala noche, deja secuelas en el día posterior, en el que es frecuente observar la presencia de fatiga, falta de energía, somnolencia diurna, cambios de humor e incluso dificultades cognitivas como la pérdida de memoria o perdida de atención o concentración. Si el insomnio se cronifica, las consecuencias son devastadoras y se traducen en una clara pérdida de productividad. El estrés laboral, la precariedad laboral, los turnos y horarios de trabajo (especialmente los que incluyen nocturnidad) y trabajos con alta carga mental y contenidos del trabajo excesivos, especialmente cuando los descansos son inadecuados, tanto por su duración, como por su temporalización.

En resumen, la fatiga laboral e incluso la fatiga social por el cómo vivimos son las principales causas que están provocando alteraciones en los patrones de sueño-vigilia. El resultado de esto es absentismo y presentismo laboral aumenta, la calidad del desempeño se resiente, el clima laboral se negativiza y aparecen errores y accidentes laborales que pueden derivar en lesiones e incapacidades. La evidencia científica muestra que existe 2 veces más riesgo de tener una incapacidad permanente si se tiene sintomatología de insomnio, y hasta 5 veces más riesgo si se duerme menos de 6 horas”, afirma Verónica de Miguel, directora médica de Idorsia España.

En lo que respecta a las relaciones interpersonales, de los pacientes que se encuentran en una relación sentimental, el 64% manifiesta que el insomnio influye negativamente en ella. Por su parte, el 48% de los pacientes que tienen hijos afirman que esta enfermedad tiene consecuencias en su paternidad. “La somnolencia diurna que sentimos las personas que padecemos insomnio provoca que no tengamos ganas de hacer planes con familia y amigos, sobre todo a partir de cierta hora de la tarde. Esta situación hace que condicionemos nuestras relaciones personales porque necesitamos mantener nuestras rutinas y no activarnos para poder descansar. Antes hacía un sobreesfuerzo, pero ahora me aíslo bastante y esto condiciona el poder hacer una vida social normal, lo que a su vez te afecta psicológicamente y laboralmente”, explica Raquel Fernández Bronchales, paciente de Asenarco con trastornos del sueño.


Condición médica común, olvidada en la consulta médica

A pesar de que el insomnio crónico se ha convertido en los últimos años en una de las condiciones médicas más comunes y que generan más consultas, pero también se trata de una de las grandes olvidadas en la medicina. Según las conclusiones de esta encuesta al 63% de los pacientes le gustaría tener más información acerca del insomnio y sólo un 24% de ellos ha encontrado una solución eficaz para tratar este problema.

Además, casi la mitad de los pacientes ha reconocido que no se ha sentido cómodo al consultar con él su médico, lo que genera una estigmatización de estos problemas y la infravaloración de las consecuencias que produce en la salud de los pacientes. “La mayoría de las personas que padecen trastornos del sueño, que actualmente afecta a 1 de cada 2 españoles, no consulta a su médico porque no son conscientes de la gravedad de su situación y la necesidad de resolverla. El paciente tiende a autogestionarse y con frecuencia se automedica de una forma descontrolada y poco eficiente, con lo que las consecuencias físicas y psicológicas del insomnio se agravan y perpetúan”, explica Verónica de Miguel.

Respecto a los posibles tratamientos y soluciones para conseguir una correcta higiene del sueño, el 99% de los encuestados reconoce haber probado distintos remedios naturales en los últimos meses, mientras que el 85% ha manifestado haber tomado algún tipo de medicación para el insomnio. En este sentido, el 79% de los pacientes se muestran preocupados por sentir adicción a estos fármacos, mientras que el 72% lo hace por los efectos secundarios que estos tratamientos tienen para su salud.

Tal y como asegura la paciente, Raquel Fernández, “llevo tres años buscando un diagnóstico y tratamiento adecuado para mi problema, pero me derivan constantemente de especialidad en especialidad sin darme una respuesta. En este tiempo, he estado tomando benzodiacepinas, tres antidepresivos y un ansiolítico, por la depresión que me ha supuesto toda esta situación. Decidí dejar éstas por las posibles consecuencias que conllevan. Actualmente, y antes de acostarme, sigo distintas pautas y rutinas que me ha dado la psicóloga de la asociación de pacientes, como no usar pantallas unas horas antes, no ver series o películas de acción, hacer deporte, etc. Aun así, mis horas de sueño no son de calidad y me levanto cada día más cansada. Gracias a la asociación he podido ver especialistas que no he conseguido a través de la atención en sanidad”.

“Descubriendo el insomnio”, un estudio de pacientes

En 2022 Idorsia encargó a la consultora Ipsos una encuesta a nivel europeo entre pacientes con insomnio en varios países europeos: España, Italia, Alemania Francia y Reino Unido. El estudio, cuyos resultados han sido publicados recientemente, se elaboró con los objetivos de conocer en profundidad el impacto del insomnio crónico en el sueño y sus consecuencias durante el día; los resultados refuerzan la importancia de la educación en higiene del sueño de los pacientes en torno a qué factores influyen en el sueño de calidad y por qué es crucial mantener un buen seguimiento médico para el funcionamiento diario , y reforzar la idea de que el insomnio es una condición médica con importantes consecuencias en la salud de quienes lo padecen.

El estudio se llevó a cabo entre 755 hombres y mujeres en toda Europa, 150 pacientes en España, diagnosticados con insomnio, con una puntuación de grado de insomnio mayor a 12 según el Insomnia Severity Index (ISI), incluyendo al menos 40 personas con una puntuación severa, de más de 22 puntos.

En el caso de España, participaron personas que habían experimentado insomnio durante al menos 3 meses, con problemas para dormir al menos 3 noches a la semana, y que consultaron su insomnio con su médico en los últimos 6 meses. Además, 127 de los 150 encuestados estaban o habían tomado previamente medicación para tratar sus problemas de insomnio.

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