La tendencia a la baja de los fletes marítimos es una realidad que continúa manteniéndose en el tiempo. Los fletes de los servicios marítimos transpacíficos y entre Asia y Europa están un 85% por debajo de los valores del año pasado por estas fechas. Se trata de la mayor reducción de los últimos 7 años.
Por su parte, los fletes marítimos entre Europa y Estados Unidos se redujeron algo menos, un 32% respecto al 2022. Los prolongados descensos de las tarifas siguen aumentando ¿por qué lo siguen haciendo? Raúl González, Sales Manager en Intermodal Forwarding, nos explica cuáles son los motivos de que la bajada de precios continúe y hasta cuándo puede seguir dándose esta tendencia a la baja.
“Por un lado, se está produciendo una desaceleración económica global que motiva que la demanda esté bajando; por otro lado, la oferta de carga está aumentando al existir un mayor número de buques en uso y por el hecho de que las navieras están optimizando los espacios en los buques” explica Raúl González.
¿De qué modo influye esto en las tarifas marítimas? La caída de la demanda unida al aumento de la oferta está nivelando el mercado de contenedores y terminando con la situación de crisis, lo que ha ido normalizando y bajando los precios. “Existe un marcado descenso de la congestión portuaria. A lo largo de los últimos meses, hemos podido comprobar cómo las aglomeraciones en gran parte de los principales puertos mundiales están desapareciendo” puntualiza Raúl González.
“Hay un mayor número de contenedores disponibles y los problemas de espacio en origen se han ido evaporando como por arte de magia. Ahora, al contrario que el año pasado, quedan espacios libres en los buques que las compañías navieras quieren ocupar, y para llenarlos la mejor manera es bajar los precios de los envíos” apunta el Sales Manager en Intermodal Forwarding.
“Si hace unos meses el problema era que faltaban contenedores y que, aunque consiguieses un contenedor éste podía quedarse en tierra por falta de espacio en los buques, ahora no hay problema para encontrar contendores vacíos, ni para lograr espacio en los barcos” añade González. Esto se debe a que hay varios buques nuevos que han entrado en servicio y a que los niveles de desguace de los buques más antiguos son muy moderados.
Este año el volumen de tráficos portuarios se ha situado por debajo de lo pronosticado. La congestión portuaria se ha reducido en un 50% en los principales puertos de América del Norte y un 60% en los de Europa. Así mismo, los tiempos de tránsito son dos veces más rápidos que hace un año.
“Otro motivo que influye en que los fletes continúen a la baja es que los precios se habían disparado tanto durante 2022 que, aunque hayan bajado y sigan bajando, aún queda margen hasta llegar a los niveles normales pre-pandémicos” precisa Raúl González.
Por ejemplo, en 2019, el valor por envío de un TEU en la ruta de China a América del Sur rondaba entre los 1.800 y los 2.000 dólares americanos. En diciembre de 2020 había subido hasta los 6.500 o 7.000, pero para diciembre de 2021, ya alcazaba precios en torno a los 17.000 dólares americanos.
“Las tarifas pese a la bajada que han sufrido aún podrían bajar más si pretendiesen equilibrarse con los precios anteriores que existían en 2019” matiza González.
¿Qué podemos esperar en un futuro próximo?
“Es practicamente imposible poder saber a ciencia cierta si esta bajada de precios continuará alargándose en el tiempo. La coyuntura internacional actual es muy compleja y volátil para poder vaticinar con éxito una predicción.” expone González.
Existe la posibilidad de que la tendencia a la baja se mantenga durante un tiempo, si bien entra también dentro de lo esperable que en los próximos meses pueda producirse un repunte de precios. “Existen diversas variables en el mercado que podrían inclinar la balanza hacia un lado u otro. Nos hallamos ante un escenario con múltiples incertidumbres” afirma Raúl.
La expansión de la oferta podría verse ralentizada si las principales navieras de portacontenedores restringiesen la capacidad de entrada para hacer subir los precios hasta unos niveles de rentabilidad que considerasen adecuados. “Los grandes transportistas tienen un mayor poder de mercado y pueden estar en disposición de reducir capacidades o hacer salidas en blanco” añade.
Pero, por otro lado, existe una fuerte competencia en la industria naviera y los importadores están esperando que las tarifas bajen aún más antes de cerrar contratos con las navieras. “Si a esto le añadimos que el parón de la economía mundial puede ser más fuerte que los intentos de las navieras por controlar los precios es posible que el descenso del consumo no permita que los precios puedan elevarse y los fletes continúen manteniéndose a la baja.
“Lo que está claro es que serán las fuerzas globales y las tensiones geopolíticas que determinan la realidad de cada momento, las que definitivamente marquen el futuro inmediato de los fletes marítimos” finaliza diciendo Raúl Gonzalez.