Tras un 2023 lleno de desafíos para el sector manufacturero, los expertos de IFS, especialista en soluciones empresariales, predicen que 2024 será un año determinante donde la adopción tecnológica permitirá mitigar la volatilidad del mercado así como lograr una diferenciación competitiva.
En ese sentido, en los próximos tres años, se espera que la inversión y la demanda de servicios de inteligencia artificial (IA) y de reconocimiento de patrones, aumente en un 40%. .
“Este crecimiento se reflejará especialmente en el gasto en IA dentro del gasto en tecnologías de la información. La IA analizará datos de producción en tiempo real, identificando patrones y anomalías. El reconocimiento de patrones de datos proporcionará a los fabricantes un análisis continuo de la causa raíz, agilizando el trabajo y prediciendo posibles problemas de calidad del producto.” explica Gonzalo Valle, presales manager de IFS.
De hecho, se espera que en un periodo de dos a cinco años, los fabricantes adopten este tipo de tecnologías con un fin de gestión de activos y planificación de recursos. Lo cual puede llevar a un aumento del 4% en los ingresos, una reducción de hasta el 20% en el inventario y una disminución de hasta el 10% en los costes de la cadena de suministro.
Otro de los grandes desafíos para la industria en este nuevo año es la profunda crisis de talento a la que se enfrentan al menos el 78% de las empresas, y que podría amenazar su crecimiento y recuperación. “El aumento de la rotación de empleados ha afectado significativamente la productividad, los horarios y los flujos de trabajo en tallera fabrica” explica Valle.
En esta línea, para el 2026, el 60% de los fabricantes invertirá en nuevas tecnologías que permitan transformar la experiencia de los trabajadores en la fábrica y mitigando la rotación y las pérdidas de productividad; esto permitirá aumentar la productividad en un 30%. Por esta razón, el 45% de los fabricantes han hecho de la mejora de la experiencia del trabajador una prioridad.
Por último, para los fabricantes, existe una urgencia creciente en torno a la economía circular, ya que el panorama regulatorio y las políticas en torno a la misma evolucionan rápidamente. Así, en 2025, el 30% de los fabricantes habrán incorporado estrategias de economía circular en sus modelos de negocio, inicialmente para reducir residuos y utilizar recursos de manera más eficiente.
“Al reutilizar materiales una y otra vez, estas empresas no solo crean resiliencia al disminuir la dependencia de materiales vírgenes, sino que también obtienen más rentabilidad del mismo producto” asegura el directivo.
Para garantizar que los fabricantes estén preparados para su transición a un modelo de negocio circular, necesitan contar con la tecnología adecuada. Los fabricantes deben diseñar pensando en la circularidad. De hecho, aproximadamente el 80% de todos los impactos ambientales relacionados con productos se determinan durante la fase de diseño de un producto.
“En esta etapa, los fabricantes deben pensar en la elección de sus proveedores, pero también en cómo rediseñar sus productos para que sean más fáciles de desmontar, reparar y reciclar en el futuro, facilitando así la circularidad” señala Valle. Con todo ello, la logística inversa y la trazabilidad se consolidan como dos elementos clave para lograr una mejor transición hacia la economía circular. Por un lado, la logística inversa permite a los fabricantes gestionar la devolución de productos al final de su vida útil, creando un flujo eficiente que reduce los residuos. Y por otro, la trazabilidad permite a los fabricantes rastrear materiales, piezas y productos a lo largo de su ciclo de vida. De esta manera, los fabricantes nunca pierden de vista el recorrido de un producto a lo largo de su vida útil y su impacto ambiental.