La osteoporosis vertebral es una afección común que afecta a millones de personas en todo el mundo. Las fracturas vertebrales por osteoporosis presentan una gran importancia desde el punto de vista clínico por ser muy dolorosa, reducir la movilidad del paciente, causar progresivo aumento de la cifosis, provocando una disminución pulmonar y afectar en gran medida a la calidad de vida de los pacientes.
Según el doctor Francisco Villarejo, jefe de servicio de Neurocirugía del Hospital Universitario La Luz de Madrid, las fracturas vertebrales por osteoporosis causan incapacidad, dolor de espalda y deformidad de la columna vertebral.
Los tratamientos conservadores con analgésicos, medicamentos para la osteoporosis e inmovilización con limitación de los movimientos, han sido los tratamientos estándar para tratar con éxito a algunos grupos de pacientes. «Sin embargo, aquellos pacientes con dolor resistente a estos tratamientos pueden ser tratados satisfactoriamente con técnicas mínimamente invasivas para la reducción de las fracturas vertebrales, como la vertebroplastia y la cifoplastia», asevera el doctor Villarejo.
Como explica el neurocirujano, estos procedimientos se basan en la introducción directa mediante un dispositivo especial de cemento óseo de silicona en la vértebra fracturada.
Aunque la elastoplastia, así se denomina este procedimiento, es una opción de tratamiento relativamente nueva para la osteoporosis vertebral, ha habido estudios que demuestran su eficacia en el fortalecimiento del hueso y la reducción del riesgo de fracturas.
Un estudio publicado en 2021 por el doctor Villarejo en la revista Journal of Neurology and Neuroscience afirma que la elastoplastia, método seguro y efectivo, mejoró significativamente el dolor de espalda y la calidad de vida en pacientes con osteoporosis vertebral.
«El nuevo cemento de relleno vertebral Elastómero VK100 es un producto muy novedoso en el mundo de la vertebroplastia. Causa un alivio inmediato del dolor, estabilizando la vértebra fracturada», afirma el doctor Villarejo.
Este experto señala que otra de las ventajas del VK 100 es la flexibilidad y la elasticidad de la silicona, evitando el surgimiento de nuevas fracturas en las vértebras adyacentes, así como el tiempo quirúrgico reducido, que no sobrepasa los 30 minutos y los pacientes pueden ser dados de alta a las 24 horas de la cirugía.
La inyección del VK100 se realiza por vía transpedicular bajo observación fluoroscópica para obtener un llenado adecuado del cuerpo vertebral. «Para los casos más complejos o de alto riesgo, la tomografía computarizada y la guía fluoroscópica se pueden combinar», indica Francisco Villarejo.
«Este procedimiento percutáneo ha tenido resultados extraordinarios e inmediatos en los más de 200 casos tratados en el hospital», concluye el doctor.