Hay fronteras que son más psicológicas que paisajísticas y culturales. Eso sucede con Sierra de Gata y la Serra da Malcata, dos enclaves naturales de gran valor ecológico ubicados a uno y otro lado del límite divisorio entre España y Portugal.
Por eso, muchos de los que veranean y pernoctan en la provincia de Cáceres, cruzan alguno de los días a Portugal. Es el caso, por ejemplo, de algunos de los clientes del hotel rural de 12 habitaciones Hábitat Cigüeña Negra.
Y es que, aunque en Extremadura abundan las zonas de baño; y el hotel cuenta con su propia piscina infinity con espectaculares vistas a la dehesa; merece la pena dar un salto al país vecino para nadar en las famosas piscinas fluviales portuguesas.
A menos de 1 hora en coche del hotel, hay más de 5 playas fluviales (Albufeira de Alfaiates, Badamalos, Quadrazais, Penalobo,Rapoula do Côa y Vale das Éguas), ubicadas casi todas en el municipio de Sabugal. Además de por su gran belleza, muchas de ellas ofrecen la posibilidad de practicar actividades náuticas como el piragüismo; o juegos infantiles que cruzan de un lado al otro del río por divertidos puentes y tirolinas. Hay alguna, como la de Penalobo, que también cuenta con un solárium de arena, imitando a las también preciosas playas oceánicas de Portugal.
Según el tiempo que haga, y siempre que seas amante del senderismo, aprovecha la oportunidad para completar la excursión con una ruta por la Serra da Malcata. Además de estar declarada Reserva Natural, es muy conocida por sus programas de preservación del lince ibérico. Partiendo del propio pueblo de Malcata que da nombre al espacio, hay un circuito de unos 14 kilómetros que asciende al Alto Machoca y regresa al mismo punto de partida.
Por el camino disfrutarás de bosques de castaños, robles y alcornoques, que te harán creer que estás en la cercana Sierra de Gata. Y es que, una lusa y otra española, Malcata y Gata parecen hermanas. ¡Feliz chapuzón al otro lado del paso fronterizo!
