Con la llegada del verano, la zona ofrece una amplia variedad de propuestas para disfrutar de las montañas del Pirineo, y disfrutar de la naturaleza, ya sea en familia, en pareja o con amigos.
El Hotel Esquirol de Llívia, situado en la falda de los picos más altos del Pirineo Oriental, y a tan sólo 2km de la frontera francesa, recomienda La Grotte de Fontrabiouse, como una actividad ideal para realizar en familia durante el verano. La cueva fue descubierta en 1958 gracias a la explotación de la cantera de mármol que domina el pueblo. Situada a 1.500 metros de altitud, la cueva tiene una longitud de 12 kilómetros, y el espacio más grande tiene una altura de 25 metros. Las diferentes formaciones de ‘aragonito’ esculpidas durante años, y su lago subterráneo le otorgan una belleza muy particular.
La visita guiada discurre por una longitud de un kilómetro y dos niveles de altura, conectados por varios tramos de escaleras. La Grotte de Fontrabiouse, de origen cárstico, tiene durante todo el año una temperatura constante de 6 grados, por lo que es recomendable ir bien abrigado, a pesar de que se esté en días de mucho calor.
‘Muchos de los clientes que se hospedan en nuestro hotel durante el verano realizan la visita a la Cueva de Fontrabiouse, donde quedan fascinados por su lago, sus columnas, sus centenares de estalactitas y por la infinidad de tonalidades’, señala Edu Vidal, gerente del Hotel Esquirol, situado en un enclave español, catalán y gerundense completamente rodeado por territorio francés.
El establecimiento turístico también cuenta con un servicio de restauración. El Restaurant Esquirol que ofrece un amplio menú diario y de fin de semana, donde los visitantes pueden degustar platos típicos de la gastronomía ceretana, como el Trinxat de La Cerdanya, el surtido de embutidos de la comarca, así como especialidades como el bacalao al horno con tomate gratinado con alioli, la fondue de queso, o los pies de cerdo al estilo del xef.