Se estima que este año habrá 29.002 nuevos casos de cáncer de próstata en España. Se trata del tumor más frecuente en varones y la tercera causa de muerte por cáncer entre ellos1. Por ello, su diagnóstico temprano es de suma importancia para prevenir complicaciones de mayor envergadura y comenzar el tratamiento médico o quirúrgico lo antes posible. Con este objetivo, se han introducido nuevos dispositivos y herramientas de diagnóstico como la biopsia por fusión, técnica que aumenta la precisión con la que se identifican, sobre todo, las lesiones tumorales pequeñas en próstatas de gran volumen que complican la exploración.
Como explica el Dr. Carlos Núñez Mora, jefe del servicio de Cirugía Urológica en MD Anderson Cancer Center Madrid, “este sistema fusiona con un software las imágenes de la resonancia magnética y de la ecografía que hemos tomado previamente de la próstata del paciente. Se obtiene así un mapa tridimensional de las zonas sospechosas que nos ayuda a realizar una biopsia guiada. Es especialmente relevante cuando tenemos que localizar, por ejemplo, una lesión muy pequeña, de apenas 4 mm, en una próstata de 60 cm3, casos en los que la técnica se complica notablemente”.
El experto añade que “lo que hace este software es escoger topográficamente las imágenes de la ecografía; es decir, hace una reconstrucción tridimensional de la próstata, la compara con la reconstrucción tridimensional que el mismo software ha hecho de las imágenes de la resonancia magnética y las fusiona. De esta manera, el software señala sobre la imagen dónde está la lesión y facilita su búsqueda. Los médicos tenemos que buscar el punto en el que vemos la lesión para realizar la biopsia justo en esa zona”.
Por otro lado, según el Dr. Núñez, otra ventaja que presenta el sistema de fusión es que evita las llamadas biopsias de saturación, una técnica que se utilizaba previamente cuando no tenían este tipo de tecnología. El urólogo de MD Anderson Madrid recuerda que “años atrás, para evitar diagnósticos erróneos, se podían realizar más de 40 biopsias al mismo paciente si era necesario. De esta manera, se aseguraban de que el margen de error fuera muy pequeño. En la actualidad, se recogen entre 3 y 4 muestras de la zona sospechosa y luego se hace un mapeo de 6 o 10 tomas”. Se consigue por tanto que la prueba sea menos invasiva para el paciente.
Por último, el dispositivo presenta una ventaja en relación con las terapias focales, ya que en el caso de que el paciente sea candidato de hacer una terapia de este tipo (cáncer de próstata de bajo riesgo), los médicos ya tienen las imágenes fusionadas de la lesión guardadas en el sistema. Con esa misma fusión, el equipo puede comenzar una terapia focal mucho más dirigida, dado que tiene identificada la lesión a tratar y el punto exacto en el que se encuentra. Como explican desde el centro monográfico, el tratamiento focal del cáncer de próstata es un tratamiento altamente selectivo y mínimamente invasivo, con excelentes resultados en casos seleccionados y con mínimos efectos secundarios en cuanto a preservación de la continencia urinaria y la potencia sexual.
El diagnóstico temprano de cáncer de próstata es fundamental para planificar un tratamiento menos invasivo y más personalizado
En las últimas décadas, el número de pacientes con cáncer de próstata ha aumentado debido, en parte, a las labores de detección precoz realizadas por los profesionales sanitarios. El principal objetivo de este diagnóstico temprano es derivar en una disminución de los casos invasivos y también a una reducción de la mortalidad.
Actualmente, la mayoría de los casos de cáncer de próstata se diagnostican en una fase inicial, generalmente tras detectar una elevación de PSA (antígeno prostático específico) o una alteración en el tacto rectal. Después, ante la sospecha de la presencia de un tumor, el profesional puede indicar la realización de pruebas de diagnóstico por imagen y la consecuente biopsia por fusión si fuera necesario. Estas labores de diagnóstico precoz y detección temprana de este tipo de tumores son fundamentales a la hora de optar por el tratamiento más adecuado y menos invasivo para cada paciente, reduciendo complicaciones y secuelas como alteraciones de la función urinaria, problemas intestinales, impotencia sexual o infertilidad.