La gran migración silenciosa de las empresas para abandonar el 2G y 3G debe adelantarse a 2025

2G-3G

El sector de las telecomunicaciones y las empresas afectadas por el apagón de las redes 2G y 3G dan por hecho que antes de 2030 tiene que estar culminado un proceso que lleva en marcha varios años, aunque a una velocidad inferior a la deseada por muchos expertos. El problema de fondo es que no existe una fecha oficial y unificada para dejar a un lado definitivamente ambas redes. Al ser las teleoperadoras de cada país las que controlan los tiempos, el apagón no es uniforme a nivel global y las empresas no cuentan con un calendario cerrado y unificado para el plan de migración.

 “Hacia finales de 2025 ya habrá muchas teleoperadoras que habrán dejado de ofrecer conexiones 3G. Aunque el 2G aguantará en España hasta final de década, conviene iniciar cuanto antes el plan de migración a tecnologías de acceso más actuales, puesto que en muchos casos se trata de un trabajo de una envergadura considerable”, explica Jon Mielgo, director general de Wireless Logic España. Máxime si se tiene en cuenta que, entre las empresas afectadas, hay algunas con aplicaciones del Internet de las cosas (IoT) de tan variada naturaleza como soluciones conectadas de seguridad, dispositivos de pago, equipos de monitorización eléctrica o sistemas de gestión de flotas que disponen de miles de localizadores GPS en sus vehículos. Es decir: negocios basados en un número elevado de dispositivos conectados que usan cada día formas de conectividad en inminente riesgo de extinción.

El momento es ahora

Hay una paradoja en esta situación, y es que las compañías saben que no tienen mucho margen para migrar su conectividad basada en 2G y 3G a nuevos estándares como 4G y 5G. Aunque la decisión se ha empujado en el tiempo para dar margen a la migración de un parque de dispositivos conectados compuesto por cientos de miles de unidades, el apagón ya está a la vuelta de la esquina. “El 2G seguirá teniendo vigencia durante unos años, pero conviene tomar medidas cuanto antes. Si una empresa tiene que migrar la conectividad en miles de dispositivos, es mejor hacerlo de forma planificada, durante unos años, que en tan solo unos meses”, relata Jon Mielgo. “La tecnología avanza y es un proceso natural que llegue algún día el apagón, sobre todo si tenemos en cuenta que, si estos sistemas migran a 4G o 5G, van a ser más eficientes, seguros y adaptables a un ecosistema IoT que exige nuevos estándares”, añade.

Por lo general, las empresas y teleoperadoras tienen el foco puesto en 2030, por lo que muchas compañías simplemente están “ganando tiempo”, asegura Mielgo. “Nuestra recomendación es actuar cuanto antes, porque además el apagón ya se ha producido en países como Japón y Corea del Sur, donde ya no existe conectividad 2G. Pero, al mismo tiempo, Reino Unido ha puesto como fecha de apagón del 2G el año 2033 y en España se habla de final de década. Es una horquilla demasiado amplia y son los operadores de cada país quienes están estableciendo sus propias fechas. Por eso consideramos que la situación exige actuar cuanto antes y comenzar la migración antes de que sea demasiado tarde, ya que muchas empresas podrían encontrarse trabajando con un sistema de conectividad obsoleto casi de la noche a la mañana, con todo lo que eso implicaría para sus negocios”, advierte.

Wireless Logic, proveedor global líder de conectividad IoT, ha elaborado una guía del apagón 2G/3G para informar a la industria y a las empresas sobre sus opciones de migración, y ayudarles a suavizar esta transición tan traumática pero necesaria. “En todo caso, parece que entre 2025 y 2030 quedará el asunto resuelto con la desaparición total del 2G y 3G, por lo que, ante la incertidumbre y dado que muchos sistemas conectados no podrán ser simplemente actualizados, sino que deberán llevar a cabo incluso sustituciones completas, recomendamos planificar y comenzar la migración como tarde en 2025, si no antes, lo que evitará cuellos de botella o descuidar aspectos como la ciberseguridad”, asegura Jon Mielgo. “Recomendamos realizar cuanto antes un inventario de dispositivos conectados por 2G y 3G, indicando las especificaciones técnicas, las necesidades de comunicación en cuanto a latencia y ancho de banda, la prioridad de actualización para el negocio y los retos operativos en cuanto a la intervención física en el equipo”.

Elegir la tecnología adecuada

Una decisión clave a la hora de acometer el plan de migración es la nueva tecnología de acceso de red con la que se desea comunicar los dispositivos. Para ello, se deben tener claras las necesidades y circunstancias de los dispositivos, respondiendo a una serie de preguntas. ¿Cuántos datos consumen? ¿Cada cuánto tiempo es necesario comunicarse con ellos? ¿Utilizan métodos de ahorro energético como PSM o eDRX? ¿Cuál es la ubicación física de los equipos? Si se encuentran en localizaciones subterráneas podría ser necesario utilizar NB-IoT (Narrowband), pero si se trata de dispositivos en movimiento podría ser preferible optar por alternativas como LTE-M. En el caso de una implantación IoT a escala global, quizás LTE CAT-1 Bis pueda ser la elección adecuada, dado que no cuenta con las limitaciones de despliegue de infraestructura que afectan a NB-IoT o LTE-M. “Son muchos factores a considerar, y entendemos que puede ser muy complejo tomar las decisiones adecuadas. Es clave, para una migración fluida y exitosa, contar con un proveedor de conectividad que conozca el ecosistema y sepa guiar a las empresas a lo largo de todo el camino”, concluye Jon Mielgo.

Es un proceso que puede ser muy arduo, pero que, gracias al apoyo de partners especializados en conectividad IoT como Wireless Logic, puede convertirse en una tarea más sencilla y eficiente, dada su capacidad para detectar las necesidades de cada negocio y ofrecer las garantías necesarias para que el apagón del 2G y 3G, sea cuando sea finalmente, pille a las compañías con los deberes hechos en tiempo y forma.

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