5 grandes cambios que traerán la evolución del 5G y la llegada del 6G

comunicaciones

Las infraestructuras en las telecomunicaciones están siempre en constante cambio y evolución, preparando el terreno para los avances del resto de tecnologías que impactarán en el día a día tanto a los ciudadanos como a empresas y administraciones públicas. Así, en los próximos años en España se van a experimentar grandes avances centrados en tres grandes puntos. Por un lado, entre 2025 y 2026 se producirá el apagado progresivo de las redes 2G y 3G. Además, en paralelo, viviremos la consolidación del 5G y su evolución en la conocida familiarmente como 5.5G o 5G. Por último, la industria ya está sentando las bases para el 6G, prevista para comenzar a desplegarse en torno a 2030, prometiendo velocidades de transmisión hasta 100 veces superiores al 5G y una integración total con inteligencia artificial y sistemas autónomos.

La preparación de esta infraestructura y la adopción de todos estos cambios no solo suponen un reto tecnológico, sino también una oportunidad estratégica para posicionar a España como líder en conectividad de nueva generación. Así, Zelenza, empresa líder líderes en servicios integrados TIC e Ingeniería de Redes Telco, explica cuáles van a ser los cambios más importantes que se van a vivir en los próximos años y en cómo las nuevas redes de telecomunicación impactarán en nuestras vidas.

1. Conectividad inmersiva para el ciudadano

La llegada de la red 5.5G tendrá como primeras mejoras el incremento de velocidades de descarga y de carga, una menor latencia en las comunicaciones y, sobre todo, una mejora en las interconexiones de dispositivos y el comienzo de un integración más profunda con las herramientas de inteligencia artificial. Así, podremos ver avances en comunicaciones, como videollamadas holográficas o realidad aumentada y virtual en tiempo real. Esto abrirá la puerta a nuevas formas de ocio, educación a distancia más interactiva y entornos de trabajo colaborativos que no dependerán de la ubicación física. Será posible asistir a clases virtuales en entornos de realidad virtual recreados en 3D, o permitir que un aficionado al deporte siga una competición desde cualquier ángulo, incluso asumiendo el punto de vista de los participantes.

2. Telemedicina avanzada y salud conectada

La baja latencia y la alta fiabilidad de estas redes harán posible la telecirugía asistida por robots, monitorizar de forma remota a pacientes crónicos y la transmisión instantánea de imágenes médicas de alta resolución. Esto reducirá tiempos de diagnóstico, permitirá intervenciones a distancia, ayudará a evitar consultas innecesarias, aliviará presión en los centros de salud, reducirán las listas de espera… Además, todo esto también mejorará la atención en zonas rurales

o de difícil acceso, donde hoy la conectividad es un obstáculo, democratizando el acceso a las herramientas de diagnóstico y a los tratamientos más avanzados.

3. Industria 4.0 y automatización total

El 5.5G y el 6G impulsarán fábricas inteligentes donde la maquinaria, los robots y los sistemas de control estarán interconectados y gestionados en tiempo real. Esto permitirá una producción más flexible, menos paradas por mantenimiento y una optimización de recursos energéticos. Sectores como la automoción, la aeronáutica o la fabricación de componentes electrónicos podrán beneficiarse de redes privadas ultrarrápidas para coordinar procesos críticos.

4. Ciudades inteligentes y administración pública eficiente

Las administraciones podrán gestionar el tráfico, la iluminación, la recogida de residuos y la seguridad ciudadana de forma predictiva y automatizada. Las redes de nueva generación permitirán videovigilancia en ultra alta definición, sensores para detectar incidencias en tiempo real y sistemas de respuesta inmediata ante emergencias.

5. Centros de datos y España como hub tecnológico

España, y en particular la región de Aragón, se han consolidado como un nodo estratégico de centros de datos en Europa. Estas instalaciones requieren redes de altísima capacidad y baja latencia para gestionar el flujo masivo de información que soporta servicios en la nube, inteligencia artificial y plataformas de streaming. El despliegue de 5.5G y 6G será esencial para mantener la competitividad, atraer inversión internacional y garantizar la seguridad y resiliencia de la infraestructura digital.

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